miércoles, 10 de septiembre de 2008

A fiestas me convidan

Como los australianos no saben todavía que soy uno de los máximos exponentes de la figura di mierda, tienen el valor de invitarme a alguna fiesta. Aunque he de decir que la edad, la paternidad y la imposibilidad de volver caminando a casa, han hecho de mi el perfecto invitado de piedra.

En las fiestas de cumpleaños a los niños les dan a comer una cosa asquerosa llamada fairy bread(pan de hadas), que consiste en una rebanada de pan de molde con abundante mantequilla y bolitas de colores. Los niños lo devoran como si les fuera la vida en ello. Yo no he tenido el valor de probarlo.


Hay que reconocer que los australianos se curran los pasteles de cumpleaños.

En otra fiesta, más adulta, era requisito indispensable el llevar ropa blanca. No sabía a lo que me exponía, pero fui. Yo no llevaba nada blanco, así que no salgo en las fotos. Como podéis ver, aquí a algunos les gusta disfrazarse en las fiestas.



No estuvimos nucho tiempo, por fortuna de los asistentes, ya que Otis se hizo el dueño de la pista. Creo que si yo fuera la novia de alguno de estos chicos estaría un poco preocupada por el futuro de nuestra relación.

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