martes, 29 de julio de 2008

Espera a la primavera, Bandini


Me siento como Arturo Bandini, esperando a que llegue la primavera. Cada vez hace más frío. La hierba amanece vestida de escarcha. Nos apretujamos todos al lado de la débil llama de la estufa. Vestimos pijamas mullidos que creía que ya no se fabricaban. Usamos la nevera para descongelar la cerveza. Tenemos heridas en los costados, producidas por el contacto con el colchón. Orinamos sólido. Nos comemos el agua a bocados...
Bueno sí, sé que exagero. No hace tanto frío ni estamos en Colorado. Pero me siento como Bandini. Seguiremos esperando a la primavera.

domingo, 13 de julio de 2008

Y cuando fuimos al Norte hacía mal tiempo...



...¡pero quién lo pillara!

El invierno

¿No os he dicho ya que estamos en invierno? ¿Que es el segundo consecutivo y que anhelamos el Sol veraniego? Por eso, como el tiempo no acompaña estamos más caseros que nunca. No hemos descubierto nuevas especies marinas, ni civilizaciones perdidas o remotas constelaciones. Eso sí, aprovechamos el tiempo cada uno a nuestra manera.

Otis sigue mejorando su estabilidad y va descubriendo qué es eso del centro de gravedad gracias a los coyopos (aka columpios).


Yolanda puede descubrir, por fin, porque sonreían los niños de verano azul al principio de la serie. Nunca es tarde para aprender a disfrutar de la bicicleta. Hay que reconocer que no le ha costado mucho, pero es que ha tenido un gran maestro.


Yo, muy de vez en cuando, sigo intentando emular a los grandes maestros de la cocina. Con poco acierto pero buena intención. La última receta: empanada gallega. ¡Eh! ¡Qué la masa la he hecho yo! No ha habido un gran entusiasmo por el resultado, pero al menos cocino mejor que Bender. ¿Alguien sabe, por cierto, cuál era el ingrediente del sabor perfecto que usó para derrotar a Elzar en el concurso de El Cocinero de Hierro?

viernes, 4 de julio de 2008

Being Bender


Hoy Otis le ha dicho a Yolanda:
"Mamá, ¿jugamos a Futurama? Tú eres Leela, yo soy Fry y papá es Bender".
A Otis le encanta Futurama. No me digáis que no es para niños que peores barbaridades se escuchan en muchos otros sitios (iba a poner un ejemplo, pero no me quiero ganar más enemigos). Esta bien que haya decidido ser Fry, el protagonista. No sé porque ha decidido que yo sea Bender. Tal vez por mi brillante culo metalizado, o tal vez porque a veces me ve bebiendo una cerveza.
Grandiosa serie, ¿no os parece? Por cierto, creo que tras la primera película saldrán tres más, y que ya están echando en algún lado nuevos capítulos. ¿Alguien sabe algo?

miércoles, 2 de julio de 2008

Tierra de cocodrilos

Como todos sabéis, Australia es tierra de cocodrilos. Los hay de agua dulce y agua salada, aunque ambos pueden vivir tanto en mar como ríos. La diferencia es que los de agua dulce son unos bichitos de tamaño moderado y sociables (entre ellos). Los de agua salada pueden llegar a medir más de 5 metros y son muy agresivos y territoriales. Estos bichos pueden campar a sus anchas por los ríos australianos o por el mar en época de lluvias. Si se pasan de listos, por ejemplo al comerse unas cuantas vacas, los llevan al zoo. Pero está prohibido matarlos.

En un paseo en barco por el río Diantree pudimos ver a un gran cocodrilo de agua salada, al que llaman scar.


Como está prohibido cazarlos, para tener un bolso de piel de cocodrilo o comerse un filete hay que recurrir a los que son cultivados (harvest, así lo llaman ellos) en las granjas de cocodrilos. Aquí tenéis una foto hecha en una de ellas.


Hay cientos de cocodrilos, pero como nacen allí no tienen ni idea de territorios ni de cazar, así que pueden vivir todos tan a gustito. Creo que los machos tocan a más de 10 hembras por cabeza. Así tienen el aspecto que tienen.


Y no podíamos abandonar la tierra de cocodrilos sin probar este delicioso manjar. Este plato que aquí veis se llama 'Taste of Australia' y se compone de (de arriba abajo) brocheta de canguro, cocodrilo y barramundi (un pez, que en lengua aborigen significa 'gran escalador de los ríos'). Otis probó la carne de cocodrilo, aunque no le dije lo que era. Creo que pensó que era pollo.

martes, 1 de julio de 2008

Alimentando a las fieras

Durante las vacaciones tuvimos la oportunidad de dar de comer a canguros y wallabís. No es que sean unos bichos muy expresivos, pero son simpáticos. Otis se lo pasó pipa dando de comer a las bestias. Espero que no hayan acabado con un empacho.





Y, puestos a hacer el turista, no ibámos a dejar pasar la oportunidad de abrazar un koala.

Como canguros

Para movernos estas vacaciones decidimos imitar a los canguros. Se acabó la sillita. Así Otis ha podido disfrutar del paisaje y yo he hecho unas cuantas sesiones de gimnasio gratis.


No está mal el invento, aunque he de reconocer que acababa hecho polvo. Pero era la única forma de caminar todos juntos por la selva tropical.


Y si uno se cansa la mochila se aguanta sola. ¡Y todos tan contentos!