martes, 11 de noviembre de 2008

The race that stops a nation

El martes 4 de noviembre tuvimos día de fiesta ya que se celebraba la Melbourne Cup. Toda la ciudad paralizada por...¡una carrera de caballos! No os extrañaríais tanto si supieséis que uno de los mayores icones de este país es Phar Lap, un caballo sin rival campeón de varios trofeos entre 1928 y 1932. Es tan importante que hay historiadores dedicados a buscar los trofeos perdidos de tan insigne corcel. Aquí lo tenéis.


Para este evento la ciudad se viste de gala. Bueno, la ciudad no, sus ciudadanos. Los hombres con traje y sombrero de estilo mafioso chusquero y las mujeres con un florero en la cabeza. Es norma, al menos entre los que tienen la sangre roja, acudir a las carreras en transporte público. Allí se puede ver un auténtico espectáculo de luz y de color. Todos tan trajeaditos, con el cuerpo pintado de crema bronceadora y portando bolsas de súper repletas de alcohol. Lo mejor es verlos cuando salen. Casi todos salen contentos. Otros ni se enteran.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas cosas siempre me han parecido bien. Una buena excusa sacada de una gilipollez para hacer el idiota y ponerse bien ciego (costumbre muy arraigada en nuestra tierra, por cierto).
A DIVERTIRSE!!!!!!!!!!!!!!!!

Yol, por aquí nos preguntamos si el Otis se está poniendo como un ceporro, despue´s de dejar de fumar y esa afición que tiene ahora por cocinar. Es que un gordinflas como dios manda nos vendría muy bien para los NABO'S.

Anónimo dijo...

Mi querido Oso, un poquito más gordinflis sí que está, pero sólo unos 5 kilos.... ahora mismo me está amenazando con comprar un paquete de tabaco. Donde más se le nota es en la barriga y la cara la tiene más redonda (no se le nota tanto la nariz). Si estáis interesados en un gordinflas para los NABO´s yo lo cebo un poco más, aunque ya ha empezado a restringir las galletas del desayuno. De todas maneras el otro día estuvo cantando una de vuestras canciones y yo no entiendo cómo se os ocurrió proponerle de cantante, en fin misterios del alcohol y la amistad. Un beso mi querido osito, me voy a consolar al hombre ofendido.

Anónimo dijo...

Lo dicho, nada de dejar las galletas matutinas, y si las puedes endulzar con un poco de mermelada pues mejor.

Un beso para el monstruo, y para Yol y el niño también.